¿Qué pasaba cuando conquistábamos el último castillo con nuestro fontanero preferido? ¿Ese "gracias Mario" quedaba solamente en palabras? Pues parece que no. Mario y la princesa se lo pasan mejor de lo que cualquiera pudiera haberse imaginado.
Digamos que Mario necesita su viagra particular, como es una enorme seta roja y blanca. Pero un italiano fondón con una rubia de la nobleza tiene más de un problema. Y es que el subconsciente a veces juega malas pasadas.
¡Ánimo Mario! A coger muchas monedas aunque un dinosaurio ingrato siempre te puede traicionar.